26 de maig 2012

La infancia bajo control




El sábado 2 de Junio tiene lugar en la ciudad de Sevilla el Forum 3 con un tema especialmente actual y punzante: “Lo que la evaluación silencia: la infancia bajo control”. Señalemos algunos puntos que nos ha sugerido la enunciación de este tema[1].

1) La infancia no existe desde siempre. Es un hecho que pusieron ya de relieve estudiosos como Philippe Aries y la llamada Historia de las mentalidades. El tiempo designado como “infancia” ha variado bastante a lo largo de la historia, lo que nos indica que la infancia es, en primer lugar, un hecho  de discurso. Lo que hoy entendemos por “infancia” se constituye necesariamente como “un tiempo pasado”, más o menos idealizado, como un lugar localizado en y desde el discurso del Otro. Por otra parte, no estará de más recordar, como subrayó Lacan en su momento, la etimología del termino “infancia” que proviene de infans: (in-fari) alguien incapaz de hablar, no tanto de articular palabras sino de hablar en público, de representarse públicamente como sujeto de la palabra. De entrada, pues, la infancia se constituye retroactivamente desde el discurso como un lugar anterior y exterior a él. El lugar de objeto le está destinado desde un principio. El niño es así el que debe permanecer necesariamente a cargo del Otro, sin poder hacerse sujeto de una responsabilidad social.

2) ¿Por qué habría que “controlar” este hecho de discurso, construido él mismo por lo simbólico del lenguaje? Porque la infancia ha venido a designar también algo ignorado en la vida de cada sujeto, algo que queda también fuera de discurso, como lo más íntimo y extraño a la vez, lo más idealizado y a veces también lo más escondido. Si Freud pudo decir que todo recuerdo es encubridor, la infancia, como experiencia de un tiempo subjetivo, es el recuerdo encubridor por excelencia para cada sujeto: esconde siempre un secreto familiar, es él mismo un velo, una pantalla de algo siempre ignorado.

3) ¿Y cuál es este secreto? En primer lugar es el secreto de lo que llamamos “el goce”, una experiencia vinculada a los objetos pulsionales. La infancia tiende así a hacer presente el objeto de una experiencia de goce para cada sujeto. La “infancia bajo control” es entonces la infancia como objeto de las prácticas de control del Otro, prácticas de poder, de vigilancia, de castigo (cf. Michel Foucault). La infancia como objeto es también, necesariamente, el lugar de una segregación, haciendo serie históricamente con el loco y con la mujer. Recordemos la observación de Jacques Lacan en 1968, en su “Discurso de clausura de las Jornadas sobre las psicosis en el niño”: la segregación aparece allí como “el factor, el problema más candente en nuestra época, en la medida en que es la primera que ha de sentir en sí misma que, a causa del progreso de la ciencia, se hayan puesto en cuestión todas las estructuras sociales”. Lacan anticipaba así la segregación como el fenómeno “cada vez más acuciante” de nuestra época.
A pesar de las buenas intenciones de toda política de integración, ¿no podemos decir que la infancia es hoy también objeto de una segregación, en tanto la segregación es inherente a la función misma del objeto como resto de un goce? No es seguro que la mayor atención a la infancia extraiga por sí misma a la infancia de este lugar de segregación. Podemos ver varios ejemplos de este efecto en políticas de integración del niño “diferente”, una integración a cualquier precio que redobla finalmente ese efecto de segregación. Debajo del ideal normativizante del niño hay siempre el lugar del objeto segregado como objeto de una satisfacción pulsional, como resto de un goce.

4) El niño ha sido y es objeto del goce del Otro, especialmente como objeto sexual: se supone que esta observación forma parte, ya asumida, del descubrimiento freudiano.
Pero localizar la infancia como objeto no fue el punto más subversivo y verdadero del descubrimiento freudiano. El verdadero descubrimiento (ya desde los “Tres ensayos para una teoría sexual” de 1905) es haber escuchado al sujeto de la infancia como un sujeto de pleno derecho en relación al inconsciente y al deseo. Hay algo más escandaloso todavía que la idea del niño como objeto sexual, es la idea de que hay un deseo sexual en la infancia, de que hay un sujeto, responsable, de ese deseo y del goce en el propio espacio que llamamos “infancia”, de que hay una responsabilidad en el sujeto del inconsciente freudiano que se extiende a la infancia como lugar de un sujeto de la palabra y del lenguaje.

5) ¿Quién está dispuesto hoy, en los distintos campos del saber y en las distintas prácticas, a hacerse cargo de esta verdad y de sus efectos? Sobre la infancia como lugar de un sujeto del deseo y del goce, se guarda más bien un silencio. Y ello se conjuga desde diversas vertientes.
El discurso científico, en su alianza con el discurso del capitalismo, ha entrado decididamente en una estrategia de evaluación, de control, de prevención, de la infancia como sujeto de un goce que se hace intolerable, que augura a veces el peor de los destinos sociales. No está de más recordar las iniciativas promovidas en algunos países para la prevención de la delincuencia adulta a partir del control evaluativo de los niños en las escuelas.
El discurso jurídico tiene hoy problemas para localizar la responsabilidad del sujeto de la infancia: ¿a partir de qué momento podemos hacer responsable jurídicamente al sujeto de sus actos? La aplicación de las leyes hace retroceder ese momento cada vez más en el tiempo.
El discurso pedagógico, por su parte, se divide hoy claramente entre una concepción del niño como objeto de control y de prevención de los “trastornos” del mundo adulto y una concepción del niño como “educando”, sujeto de una experiencia en relación al saber.

6) Para el discurso analítico el niño es, antes que nada, un “sujeto supuesto saber” como el adulto.  Fue la observación de Jacques-Alain Miller en su intervención en la Jornada del Instituto del Niño de Marzo de 2011, El niño y el saber: “Es el niño, en el psicoanálisis, quien es supuesto saber. En cambio, es al Otro al que hay que educar, es al Otro al que hay que enseñar a comportarse. Cuando este Otro es incoherente y desgarrado, cuando deja al sujeto sin brújula y sin identificación, hay que elucubrar con el niño un saber que esté a su alcance, a su medida, que le pueda servir. Cuando el Otro asfixia al sujeto se trata, con el niño, de hacerlo recular a fin de devolverle la respiración. En todos los casos, el analista está del lado del sujeto.”
Entender y escuchar a la infancia como sujeto supuesto saber implica tomar a cada niño como un ser que habla, incluso allí donde es ya hablado por el Otro como “infans”, como síntoma de ese Otro, responsable de un deseo y de un goce que lo habitan, siempre fuera de control.





[1] Intervención en el espacio preparatorio de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, hacia el Forum 3, “Lo que la evaluación silencia: la infancia bajo control”, Sevilla 2 de Junio de 2012.

15 de maig 2012

Presentación de "Tu Yo no es tuyo"


Jueves 31 de mayo de 2012, 20h

La Biblioteca del Campo Freudiano de Barcelona y la Librería Xoroi le invitan a la presentación del libro:
Tu Yo no es tuyo. 
Lo real del psicoanálisis en la ciencia,
de Miquel Bassols i Puig
Editorial Tres Haches

En el orden simbólico cuyos cambios estamos experimentando en el presente siglo, esta voz parece resonar cada vez con más fuerza en cada rincón del planeta… y más allá. Es la época anunciada por Internet y por Facebook, donde las identidades vuelan y cambian de lugar más rápidamente de lo que podría decirse o imaginarse...()...Y la ventana llamada realidad no es necesariamente la que más puede interesarle a este Yo desmultiplicado que goza de la no identidad consigo mismo. Para su ración de goce puede pasarse muy bien de esa llamada realidad, a pesar de los síntomas que lo acucien en su falta irremediable de identidad. Entonces: —Tu yo no es tu Yo. (Del Blog del autor "Desescrits")

Intervienen:
Miquel Bassols, psicoanalista
Manuel Cruz, filósofo
Salvador Foraster (Librería Xoroi)
Vicente Palomera, psicoanalista

Presenta:
Mario Izcovich, psicoanalista

Lugar: Facultad de Comunicación Blanquerna, calle de Valldonzella, 23, aula 104. Barcelona. Entrada libre hasta completar el aforo.

Más información: 93 207 56 19 (BCFB) o 93 211 69 21 (Xoroi)

09 de maig 2012

De lo Simbólico a lo Real


Ecos del VIII Congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (Buenos Aires, Abril 2012)















El desarrollo del VIII Congreso de la AMP (Asociación Mundial de Psicoanálisis) en Buenos Aires, tanto en las salas plenarias como en las salas simultáneas, ha marcado una dirección, puntuada por Jacques-Alain Miller en la conferencia de clausura anunciando el tema del próximo Congreso en Paris 2014: “Un gran desorden de lo real en el siglo XXI”.

En la dirección que va desde el orden simbólico al “desorden” de lo real, señalaré tres vertientes: 


1- En la lógica de la enseñanza de Lacan; es la vertiente epistémica.
2- En la lógica de la experiencia analítica; es la vertiente clínica.
3- En la situación del psicoanálisis en el siglo XXI; es la vertiente política.


Lo que cambia no es solo lo simbólico como registro (de hecho, lo simbólico siempre ha cambiado, se define por eso) sino que lo que cambia es ahora el anudamiento mismo de lo Simbólico, lo Real y lo Imaginario. Pasamos así de una clínica estructural a una clínica de los anudamientos y desanudamientos.


Tres vertientes, pues, con tres preguntas:

1- Vertiente epistémica
Se trata de la construcción del registro de lo real como un imposible lógico en la enseñanza de Lacan: de lo real como imposible (lo que no cesa de no escribirse) a lo real como encuentro contingente (lo que cesa de no escribirse). Ello implica hacer de lo real la brújula del saber, hacer de lo real la zona de no saber, el marco (interno y externo) del saber.
Ese Real, nombrado como tal,  fue la “invención” de Lacan, su sinthome mismo, tal como lo elaboró en la época de su enseñanza que tomó a la lógica y a la topología como saberes de referencia. Fue la respuesta última de Lacan para resituar al psicoanálisis en relación a la(s) ciencia(s) de nuestro tiempo.
Pregunta 1: ¿Existe “La ciencia” como existía en tiempos de Lacan?
Cuando hablamos de La Ciencia, nos referimos a la Física moderna especialmente. Pero hoy la ciencia de referencia es más bien la Biología (la Genética, las Neurociencias) que incluye un real distinto al de la Física moderna. Lo real de la Biología incluye lo vivo y la imposibilidad de definirlo. “¿Qué es la vida?” de Erwin Schrödinger sigue siendo todavía un texto sin respuesta. ¿Qué distingue a lo Real de lo vivo? ¿Y lo vivo de lo Real? Lo vivo incluye lo que nosotros designamos con el término de goce, la substancia gozante introducida por el significante. ¿Hay un nuevo real en el lenguaje? Se trata aquí de investigar el anudamiento de lo Real con lo Simbólico de una nueva manera.
Subrayemos una referencia, tan clásica entre nosotros como desconocida por el saber universitario actual, evocada en la conferencia de clausura de Jacques-Alain Miller, la epistemología de Alexandre Koyré y su indicación : “la magia hacía hablar a la naturaleza, la ciencia la hace callar”. Va en sintonía con la observación de Jacques Lacan en 1953: la ciencia gana terreno sobre lo real al precio de enmudecerlo.
Es un tema de especial actualidad en las ciencias, tema en el que debemos ponernos al día.

2- Vertiente clínica
Aquí, la clínica del caso por caso se ordena siguiendo un recorrido que va desde las leyes simbólicas del lenguaje que estructuran el síntoma hasta lo real sin ley del síntoma reducido al sinthome, desde la lógica del significante hasta lo real del objeto, desde el inconsciente estructurado como un lenguaje hasta el inconsciente real de lalengua, desde el inconsciente transferencial como principio lógico del análisis hasta el inconsciente real como imposibilidad lógica que da la clave de su final.
Se trata de rehacer, una vez más, la experiencia del pase bajo esa perspectiva.
Pregunta 2: ¿cómo desarrollar lo que Jacques-Alain Miller situó como la necesaria “redefinición del deseo del analista: reducir al Otro a lo real” ¿Cuál es el deseo del analista que corresponde al desorden de lo real?

3- Vertiente política
¿Cómo hacer presente lo real del psicoanálisis en el mundo contemporáneo marcado por la nueva alianza del discurso de la ciencia y el discurso del capitalismo? Lo real del psicoanálisis (lo que no cesa de no escribirse) no es lo real de la ciencia (que incluye un saber ya escrito en lo real, ya sea en el gen o la neurona.)
Hace falta aquí una estrategia y una táctica para el psicoanálisis. Una nueva estrategia de la transferencia deberá tener en cuenta que el lugar del analista ha cambiado en el mundo contemporáneo: el psicoanalista no es ya el descifrador de lo simbólico. ¿Deberá ser el cifrador de un nuevo real? ¿Para causar un nuevo deseo de desciframiento? En el horizonte de esta pregunta deberá situarse la función de la táctica de la interpretación, teniendo en cuenta además que el valor y el sentido de la palabra han cambiado. Es, por otra parte, uno de los testimonios más llamativos que hemos recogido de algunas voces del movimiento del 15-M: el valor y la semántica de las palabras del leguaje político se ha devaluado; las palabras no tienen la fuerza de otros momentos para movilizar la realidad social y subjetiva.
 Pregunta 3: ¿Qué política, entonces, para el psicoanálisis en el “desorden” de lo real del siglo XXI, teniendo en cuenta que su único medio sigue siendo lo simbólico (el lenguaje y la palabra)?
Se nos hace aquí iluminadora la consigna del poeta y traductor Carles Riba siguiendo a Paul Valery, consigna con la que concluímos estas notas sobre el Congreso: “Amb els mots, sempre gastats, de la tribu crear un estil”. (“Con las palabras, siempre gastadas, de la tribu crear un estilo”)